RELATOS

Música sin todas las letras

In Uncategorized on enero 9, 2008 at 2:16 pm

 

PARA NARANJA BEAT 

¿Escuchaste The Mix Up? Te dan ganas de bailar aunque no sepas. Yo por ejemplo asiento con la cabeza como si me estuvieran preguntando todo el tiempo si me gusta. El resto del cuerpo no se lleva muy bien con mi cabeza así que suele hacer cualquier cosa menos lo que mi cabeza ordena. Mi cabeza por otra parte emite órdenes incumplibles: le pide a mis piernas que se flexionen de una manera que no hacen desde que yo tenía dos años. B for my name es lo contrario de una marcha, pero suena como una marcha. Debe ser culpa de la percusión. Los Beastie Boys no cantan en todo el disco, que es instrumental y que no necesita nada más. A veces una buena idea no necesita nada más. Como el último libro de Auster, que es una buena idea y nada más.
Después viene 14th St. Break, que tiene nombre de dirección postal de un lugar en donde la gente es ciclotímica y cuando toca la guitarra puede volar. Me gusta escuchar The Mix Up en mi casa, y no en el auto: bailar manejando puede ser peligroso.
Suco de Tangerina es una apropiación pop de alguna base de bossa devenida en canción urbana, Nueva York a las siete de la tarde, tu chica está por salir de su oficina, vos la esperás descalzo, hacés un trencito imaginario en el living, bailás suave, nadie te ve. Si abrís un bar alguna vez, vas a poner esta música cuando no haya nadie o cuando venga alguien a quien quieras impresionar por la sutileza del lugar.
The Gala event construye demasiado clima: brindarías con alguien que te entienda, que sepa que estuviste leyendo a Murakami y que eso significa que el mundo real es para los conformistas. Caminarías elegantemente hacia ella y le dirías que deje Sputnik, mi amor, que Crónica del pájaro que da cuerda al mundo es la posta. La Posta, le dirías. Ahora está de moda hablar como si te pudieras de reír de los que tienen un vocabulario reducido al rocanrol.
En fin: pasás a Electric Worm y recuperás tu animalidad electrónica. No suelo escuchar enteros a los discos instrumentales porque estoy educado para que me aburran. Pero The Mix Up pecha. Pecha, posta. Electric Worm tiene unos rasgueos como si un gusano epiléptico pero con swing estuviera bailando sobre las cuerdas del bajo.
Freaky Hijiki hubiera sido la música de Kill Bill si a Kill Bill la hubiera filmado David Lynch. Eso no significa nada, David Lynch nunca filmaría Kill Bill. Pero sí escucharía Freaky Hijiki, y probablemente pensaría: esta música es para Kill Bill, para la escena en la que Uma viaja y que Quentin debió copiar de Lost Highway”.  Eso tampoco significa nada.
Off the Grid es la canción para llevarle un cinzano a tu amiga que está en su terraza, sentada, sofocada, y sin ganas de sacar fotos. Vos ponés Off the grid y le llevás un cinzano con limón, con hielo. Un cinzano posta, como si los dos pertenecieran a otra época. Le acercás el vaso con cierto estilo sobreactuado, porque es inevitable, y esperás la parte en que estalla la melodía en un riff extraño de algo que parece una guitarra para soltarlo. Le van a dar ganas de buscar su cámara.
Podés saltear The Rat Cage. Escuchalo otro día, cuando tengas ánimo de imaginarte una situación claustrofóbica pero con posibilidades de pedir empanaditas chinas a domicilio. Es un tema raro en un disco raro y hace 40 grados a la sombra.
The Melee recupera el instinto dance de los primeros temas: suena como si toda la década del ochenta con División Miami incluida hubiera pasado por una licuadora inteligente. Si estás haciendo el trencito del tema 3, pará: este se baila sin separar los pies del piso.
Dramastically Different tiene además de un nombre poderoso, a un chabón que le pega a una lata de nesquick vacía y hace que te muevas como un robotito ebrio de alegría. No sé con qué le pega, pero tiene que ser una lata de nesquick, porque te lleva a un lugar de infancia, de jueguito darkie, de disección de ranas y definición por penales.
The cousin of death tiene, por el contrario, un título innecesariamente feo. El primo de la muerte. Wow. Qué miedo. El tema no está tan mal y si te ponés a pensar la muerte misma no está tan mal. La vida tampoco.
The Mix Up termina con The Kangaroo Rat, que supera al anterior en fealdad del título, pero supongo, o medio litro de fernet me hace suponer, que es como si todos fuéramos ratas, porque somos malas personas, pero estamos saltando como si fuéramos buenos y tuviéramos bolsas en nuestros estómagos para cargar a nuestros seres queridos. Las canciones que no tienen letra están buenas porque te podés inventar tu propia historia y sentirte, obviamente, identificado.

  1. averga che… tendre que conseguirlo.. eso de que me digan que un disco te hace dar ganas de bailar me pone muy loco y no me puedo contener! lo quiero ya!

  2. Mozo! Hay un hombre en mi disco! O los Beastie Boys están musicalizando este blog o estoy teniendo alucinaciones ópticas y oigo visiones mientras leo lo que escuchaste.

  3. excelente disco! gracias por la recomendacion, tu particular y excelente forma de describirlo hizo que lo buscara!!

  4. qué bueno, qué bueno

    todos a bailar.

  5. Seguramente el haber escuchado toda la discografia de Beastie Boys me hace razonar que desde aquellos simpaticos raps como Paul’s Boutique, pasando por demoledores acordes puncks como Sabotage, limando asperezas con Flute loop en un mismo disco, siempre acompañaron mi crecimiento e hicieron la musica que yo queria escuchar ó hacer, por ende la madurez en este disco te hace saber que sos muy joben para dejar de escucharlos. Señoras y señores, wisky, faso, unas teclas, bata, bajo, mucho humo, poca luz, alguien jugando pool, ó Bestie Boys

  6. Mañana de por medio escucho este album. Y me acuerdo de esta entrada. Mi mp3 no tiene mucha capacidad, o yo no tengo muchas ganas de cambiar la música que en verdad está buena, buena. Muy buena. Y que siempre trae gratos recuerdos, como el de esta entrada.

    En fin… Saludos

  7. hola quiero ser una cantante famosa quiero que me ayuden

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