RELATOS

Flores azules

In Flores, Relatos on marzo 13, 2008 at 4:28 pm

Olmos no es un jardinero, sólo corta el césped. Arrasa. Con una moto guadaña, arrasa. Me dejó el patio como la cabeza de un soldado. Antes me gustaba cortar el pasto de mi patio: ahora prefiero escribir mientras Olmos provoca un ruido infernal, furioso, como si la vegetación que dejé crecer durante el período de lluvias emitiera su alarido de muerte.

Olmos nunca me dijo su nombre y nunca se lo pregunté. Me basta con que sea Olmos, el que arrasa con el pasto y los cardos. Lo fui a buscar a su casa, subiendo la montaña que está detrás de mi cabaña. Me atendieron las mujeres: la hija y la esposa. Me invitaron a tomar mate y la hija corrió a buscar el pan casero reservado a las visitas.

-Así que usted trabaja en el diario.
-Así dicen.
-A veces lo leemos. Cuando veo su foto lo leo. Hay que leerlo porque es del pueblo.

No sé qué contestarle y me limito a recibir el mate: educado en infusiones sin gracia, el gusto de las hierbas que le agrega la esposa de Olmos al mate me resulta desafiante.

-¿Tomillo?

La mujer asiente. Olmos está en el baño. Le gusta leer, se demora. La hija tiene 19 años. Me habían hablado de ella, una tarde en el bar: quedó embarazada a los 17, descuido del carpintero, que además desconoció su responsabilidad para preservar su propio matrimonio. Ahora el nieto de Olmos apenas si camina pero ya lo hace con el exacto gesto tosco del carpintero. Heredó su manera de balancear el cuerpo y una pensión de 150 pesos que le suponen al carpintero un esfuerzo extra, primero para conseguir el dinero, luego para ocultarle a su mujer el destino de esas horas de más. Anita dejó el colegio el año del embarazo, pero retomó después, en un bachillerato a distancia. Mañana rinde la última materia.

Olmos ya le buscó trabajo: en la panadería necesitan empleadas para la cuadra y el mostrador. Anita no está muy contenta con ese destino: algunas veces se permite soñar con estudiar en Córdoba, como dos de sus ex compañeras del colegio. Pero el llanto de Jonatan supone la rabiosa exigencia de volver a la realidad: ¿quién cuidaría de él?

Olmos sale del baño: desde el jardín se escuchan sus pasos. Cuando atraviesa la puerta me doy cuenta de que el sol hasta ese momento atravesaba la casa desde atrás y entonces el cuerpo de Olmos proyecta una sombra alargada, solemne.

El hombre me mira con cierta mínima sorpresa e intenta un saludo cortés, pero se interrumpe para retar a Anita y pedirle que se ponga algo de ropa decente. Anita le dice que es verano. Recién entonces me percato del abdomen de Anita, atravesado por una cicatriz torpe.

-¿Le creció el pasto?
-Con todo lo que llueve, ya está más alto que mi perro.
-Mañana a la mañana se lo dejo como la cabeza de un soldado.

Termino el mate y comienzo a despedirme. La mujer de Olmos se mete rápido a la casa y sale con un manojo de plantitas, de flores azules y aroma intenso.

-Tomillo. Si lo hierve con incayuyo y hace vahos le sirve contra la sinusitis.

Estoy a punto de explicarle que no tengo sinusitis pero me detengo. Sólo le agradezco.

-Usted vive solo.
-Con mi perro.
-Le voy a mandar a la Anita para que le cebe unos mates.

Cuando llego a casa mi perro corre hacia mí. Mostrenco, arrebatado, me deja las huellas de sus patas en la ropa.

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Relato en serie. 1 de 10.

  1. ojo con la anita !!!

  2. No cometas el mismo descuido que el carpintero. Vas a tener que escribir algunos artículos extra para la pensión mensual.
    Es linda anita? sólo describiste su cicatriz.

  3. Con la misma moto que guadaña Olomos te puede circuncisar y dejarte con la voz de pito de Buenanotte(el jugador de River).

  4. Parece que Olmos quiere ubicarla a la Anita. Igual, la descripición de la situación es exacta (aplausos).

  5. Y pana, si por allá las opciones son anita o el perro… la que ladre menos.

  6. Muy linda postal, Ema. Me emocionó, me trajo olores, climas, recuerdos de algo no vivido. Gracias.

  7. bonita anita. y todas las anitas que tienen cicatrices.

  8. se fuman las flores azules? ole…
    como necesito un Olmos, salgo al patio y me pierdo.
    Anita, mmm…

  9. af buenazo !

    nos vemos en alguna vida ?

  10. Olmos es como un nombre para la cabeza del soldado. Me gustó mucho y me dieron todas las ganas acumuladas de partir para donde crecen los yuyos.
    Y me sumo: ojo con la anita.

  11. ¡qué desenlace!!!Te sugiero Jabón Federal

  12. mi tomillo tiene flores color rosa, y mi mamá dice que si dormís con una ramita abajo de la almohada evitás las pesadillas.

  13. Ch: es linda.

    Javi: ya tengo voz de pito. si supiera cantar podría hacer covers de Mika.

    Nano: mi perro es silencioso. muy silencioso.

    Pablo: volviste. qué bueno.

    C.: si.

    Marié: es el problema de ser familia, se complica si no hay compromiso. pero sí, en esta vida nos vemos.

    Florencia: y vos, ojo con los yuyos.

    Marroncito: se fuman, claro. como las mejores flores.

    Peperina: ok.

    Gaby: tomo el consejo.

  14. what about me, james ?

  15. Ema, que no comente no quiere decir que no estoy. últimamente estoy pensando que el elogio es no dejar comentario. Descreo de que la gente lea lo que comenta, prefiero leer, y no comentar. Abrazo.

  16. nt: feliz cumple.

    Pablo: estoy de acuerdo, hago lo mismo.

  17. Ta buena la descripcion de Olmos y de sus mujeres. Silencio digno y sereno y generosidad sin aspamento de los criollos.
    Y el encanto de ciertas Anitas, que nunca estan del todo fuera de lo deseable.
    Abrazo.

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